Este blog propone un proceso de cambio paulatino. Si es tu primera vez, lee la entrada del 31/8 y luego sigue la cronología. Las entradas correlativas irán dando pistas para conseguir el objetivo que nos proponemos: liberarnos de una vez por todas de la necesidad irracional de comer que nos lleva a tener un cuerpo que no nos proporciona la felicidad que nos merecemos.
¡Hola a todos!
A ver si nos entendemos: Estos kilos de más, serios kilos de más, nos están costando muchas cosas.
Motivos
Empecemos por nosotras mismas: Hay que ir a
comprarse ropa a sitios especiales, para señoras gordas. ¿Y si no somos o no
nos sentimos una señora gorda? ¿Si somos un espíritu moderno que quiere ir a la
última, con un fruncesito debajo de las DD’s que a nuestra amiga le queda monísimo
pero a nosotras hace que parezcamos a punto de parir y que nos cedan el asiento
en el autobús?
Confiesa: ¿cuánto tiempo llevas sin mostrar las
piernas porque te da vergüenza la parte trasera de tus rodillas, mal llamada
corva, porque de curvo ya le queda poco? ¿Por qué será que tenemos en la mente
una imagen equivocada de nuestra silueta? ¿No os sorprende veros en fotos?
-¿Quién será esa gorda? ¡Anda, si soy yo!
En las fotos grupales yo siempre me
pongo atrás, para que los demás me tapen el cuerpo, pero a veces hay fotos en
las que una se ve de espaldas. Y son esas fotos las que más rabia me dan,
porque la columna no está recta, sino curva. Soy una montaña redonda por delante y por detrás.
¿Y la
incomodidad de que cuando uno baja los brazos se toca con los codos la rueda
del michelín? ¿O tener que calcular si el pandero nos cabrá en ese silloncito de
brazos Reina Ana tan bajito y tan mono en el que nuestra consuegra
pretende que nos sentemos a tomar el té? Otro cálculo: ¿Tendremos suficiente fuerza para levantarnos del césped después del pic-nic y de la tortilla que nos zampamos?
Maestros
La información que os daré ha crecido
paralelamente al incremento de los kilos y es mi propio refrito de años y
años de cursos, libros, talleres y encuentros con la gente. La lista de
bibliografía y personas que se han acumulado en sesenta años de vida (¡sí,
sesenta, todavía me queda una semana hasta llegar a los sesenta y uno!) me
ocuparía todo el blog si la escribiese con letra chiquita. (No letra pequeña, ese es otro
tema). Todos han colaborado, muchas gracias. Todos han sido maestros.
¡Gracias, maestros de mi vida!
Gracias por lidiar conmigo. Gracias por insistir, porque de
no ser por vosotros y por vuestra paciencia y contribución, no habría llegado a
donde estoy tras este descubrimiento maravilloso y este deseo de compartir con nosotras para que todas podamos lograr
nuestra meta que es ponernos en forma para siempre.
Estaremos en forma for life, yeah!
Aprender algo es llegar a ese punto en que uno cree que ha
inventado el tema, lo hace suyo, lo demuestra y se alegra de saberlo (y desde
luego se olvida de agradecerle al maestro de vida (amigo, pareja, hijo, padre,
compañero, etc.) que era quien machacó y machacó hasta lograr que lo
aprendiéramos).
Muchas veces le informamos al maestro lo que aprendimos con
esa certeza y esa alegría del descubrimiento. Y si el maestro nos quiere y sabe
de este proceso fantástico e inexplicable, se calla y no nos pone en evidencia
para satisfacer su ego.
Ahora me toca a mí hablaros de mi
descubrimiento. No es necesario que estéis de acuerdo conmigo, esto es para
ocupar vuestra mente y hacerle creer que está haciendo algo válido. Y quizá,
quizá, algo de lo que leáis haga un ¡clic! y os sirva para nuestro propósito de
llegar a estar diosas divinas por fuera y felices por dentro.
Las seis necesidades humanas básicas
La mente siempre lo lía todo. ¡Es verdad! Está continuamente buscando desfacer entuertos. Con la mejor intención del mundo, mind you. Quiere protegernos, evitar que suframos. Por eso le daremos comida para que mastique un poco:
A los seres humanos nos motivan seis necesidades básicas.
Seguridad: la necesidad de estar a salvo y cómodo,
de no sufrir.
Variedad: la necesidad de estimulación física y
mental. Necesidad de tener sorpresa y cambio en tu vida.
Importancia: la necesidad de ser especial y
digno de atención, de sentirse necesitado y deseado.
Amor y vínculo: la necesidad de ser amado y de
relacionarse con los demás.
Crecimiento: la necesidad de crecer y
desarrollarse
Contribución: la necesidad de contribuir a algo
más allá de ti mismo.
Podemos satisfacer esas necesidades de forma
positiva o negativa. Por ejemplo, la necesidad de seguridad hará que algunas
compremos más de lo necesario para tener siempre la alhacena y la nevera
llenas. La necesidad de variedad hará que comamos cuando estamos aburridas. La
necesidad de amor y vínculo hará que nos “regalemos” una caja de bombones
“porque nos lo merecemos”, etcétera.
Si os fijáis bien, las seis pueden dividirse en
tres pares. El primero se refiere a la relación conmigo misma, el segundo a la
relación con los demás y el tercero concierne un ámbito más universal o
espiritual, por así decirlo.
Todos
tenemos dos necesidades básicas preferentes. Esas dos necesidades que más nos impulsan
son los factores más importantes de decisión en nuestra vida.
¿Cuáles
son tus dos necesidades básicas preferentes?
4 comentarios:
Seguridad, variedad y amor. No puedo reducirlo a 2 cosas, pues estas 3 son imprescindibles para mí. :-)
Efectivamente, a muchas nos resulta difícil reducirlas a solo dos. ¿Van en ese orden de importancia?
*carcajada* Sabía que ibas a preguntar sobre el «ranking». No es muy romántico, pero dejaría la seguridad como el número uno, pues sin esto no vienen a cuento los demás. El amor quedaría en 2o lugar.
El ranking es válido para ti, por lo tanto da igual que sea romántico o no. Son tus valores y por eso son muy importantes. Te lo preguntaba porque es interesante que te lo plantees para ejercicios futuros que haremos en el blog.
Publicar un comentario