Este blog propone un proceso de cambio paulatino. Si es tu primera vez, lee la entrada del 31/8 y luego sigue la cronología. Las entradas correlativas irán dando pistas para conseguir el objetivo que nos proponemos: liberarnos de una vez por todas de la necesidad irracional de comer que nos lleva a tener un cuerpo que no nos proporciona la felicidad que nos merecemos.
Un hombre llevaba muchas
horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable
sol de la
India. Extenuado y
sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. Al sentir la dureza del suelo, el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Y
como aquél era un árbol celestial de los que convierten a los pensamientos en realidad, inmediatamente
apareció una cómoda cama.
El hombre se echó sobre
ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo agradable que
resultaría que una joven le diera un masaje en sus fatigadas piernas. Al momento
apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje. Bien
descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa
y opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares.
El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De repente le asaltó un
pensamiento: “¡Mira que si ahora un tigre me atacase!” Apareció un tigre y lo
devoró. Anónimo hindú.