Si es la primera vez que entras, vete al primer día y sigue desde allí, que la cronología de las entradas es importante.
Tuve la alegría de
reunirme con un grupo de amigos y familia el fin de semana. Habían hecho
deliciosas empanadas, enormes y suculentas, de carne y de verdura. ¡Ñam! No sé
cuántas comí, pero un montón. Estaban buenísimas. Muchas gracias, chicos.
Comer = compartir
Lo que más me sorprende
últimamente es que puedo comer esas empanadas maravillosas sin remordimiento de
conciencia, disfrutando cada mordisco, sintiendo cómo se hunden los dientes en
la masa crujiente y los sabores no sólo entran por la boca, sino también por la
nariz. Y los demás sentidos se involucran también, está el placer de las risas
con los seres queridos, la escena de la mesa puesta con amor, el contacto de los
abrazos al llegar, al irnos, al brindar y mirarnos a los ojos. El sentirnos
cercanos, porque llevamos un montón de años juntos. ¡Ese dejarse llevar por el
momento, disfrutar con gusto, no puede ser malo para la silueta!